En su permanente juego de colores, busca la pintora crear un puro diálogo entre el viejo norte y su luminiscencia verde nocturna y el joven sur que expulsa viento y luz nueva. Intensas tonalidades caen desde los cielos de las obras diluyéndose entre las rocas, que no se dejan saber bien si son imágenes de la visión interna, de la memoria o del sueño, pero que irradian una paz abstracta, semejante al silencio.
Su trabajo es es una gran meditación sobre los elementos naturales. Ella